viernes, 20 de noviembre de 2009

¿Qué efectos puede tener la deforestación a largo plazo?


Cuando se habla de deforestación, y de sus efectos en perjuicio de la humanidad, comunmente escuchamos acerca de la mengua de fuentes de oxígeno en nuestro planeta, de la destrucción de ecosistemas regionales, extinción de especies de animales que subsisten primariamente de la especie de árbol que se tala, así como de las mismas plantas, así como la futura carencia de recursos naturales.

Todas estas son consecuencias lógicas derivadas de la deforestación. Como este proceso está sucediendo en diversas regiones del mundo, puede resultar difícil imaginar el panorama existente cuando todas estas consecuencias se hacen presentes.

Sin embargo, algunos científicos han encontrado un ejemplo claramente observable de lo que la deforestación trajo a una civilización de logros impresionantes para su época. Aquí transcribo la nota para quienes pudieran estar interesados:


Fuente: Agencia de noticias EFE.-Londres, 2 noviembre del 2009.


“La civilización nazca del Perú precolombino terminó sucumbiendo porque eliminó su línea de defensa natural, los bosques de huarangos, frente a los estragos del fenómeno natural conocido como El Niño.


Ésa es la conclusión a la que han llegado David Besrseford-Jones, del Instituto McDonald de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de Cambridge, y otros colegas tras estudiar los efectos de El Niño en 1998 como modelo para intentar reproducir el impacto de un fenómeno similar al final de esa antigua civilización.


En 1998, El Niño inundó la moderna ciudad de Ica con una capa de dos metros de agua, y una proyección con ayuda del ordenador indica que El Niño que aconteció en algún momento entre los años 500 o 600 de nuestra era debió de tener efectos aún más catastróficos sobre el valle del bajo Ica, uno de los dos centros de esa civilización.


Los nazca podrían haber sobrevivido, sin embargo, a esa catástrofe natural de no haber sido por la tala progresiva de una importante masa forestal que habían llevado a cabo para dedicar el terreno a cultivos agrícolas como el maíz o el algodón.


El valle del bajo Ica, hoy desierto, estuvo poblado de bosques de huarango, un árbol que puede vivir más de un milenio y que, además de abastecer a los nazca de leña y madera para la construcción, cumplía un papel ecológico muy importante ya que sus profundas raíces afianzaban el terreno, protegiéndolo contra la erosión del agua y el viento.


Los árboles constituían además una importante defensa frente a las súbitas inundaciones, señalan los expertos británicos, según los cuales el análisis del polen antiguo muestra que la población de esos árboles comenzó a decaer en los años que precedieron al colapso de la civilización nazca por culpa de la dedicación creciente del terreno que ocupaban a agricultura.
Con esa tala masiva de árboles se eliminaron las defensas naturales frente a un intensísimo fenómeno de El Niño acaecido por aquellos años, explica Beresford-Jones.


"La tala gradual de los bosques terminó superando un umbral ecológico, claramente definido en esos entornos desérticos, con lo que el paisaje quedó expuesto a los vientos extremos del desierto y a los efectos de las inundaciones ocasionadas por El Niño".


"El clima no fue por tanto el único factor (en el fin de esa civilización), sino que los nazca contribuyeron con sus acciones a su propia destrucción", señala el científico británico.
Se cree que la deforestación contribuyó también de modo importante al colapso de otras civilizaciones, como la de la isla de Pascua o la del pueblo anasazi, del suroeste de Esatados Unidos.


"Los errores de nuestra prehistoria nos ofrecen una importante lección sobre la conveniencia de gestionar las frágiles zonas áridas de la actualidad", afirma Oliver Whaley, del Real Jardín Botánico de Kew, otro de los autores del estudio.”
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Considero importante conocer las consecuencias históricas, puesto que los fenómenos naturales y sus consecuencias pueden repetirse. Sin embargo, llama especialmente mi atención la frase de Oliver Whaley, que implícitamente afirma que la solución a tan terribles consecuencias existe en la gestión o el manejo adecuado de zonas con características específicas... un tema, del que sin duda se podría ampliar la información de manera muy extensa.

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